
SEIS PERSONAJES EN BUSCA DE UN AUTOR
“Seis personajes en busca de autor” es una de las obras más paradigmáticas e influyentes del teatro del siglo XX. Gran parte de la dramaturgia contemporánea, ya sea de una forma consciente o no, se ve atravesada por ella. Siendo así, uno se siente tentado a excusarse y decir que sobra cualquier preámbulo.
Nos basta con la constatación de que, cada cierto tiempo, inevitablemente, volvemos a ella. A sus preguntas, que nunca han sido contestadas y nunca lo serán.
El mismo Pirandello se encargó de explicarnos la forma en la que surgió esta misteriosa pieza. Probablemente el primer atisbo de ella se encuentra en uno de sus cuentos –“La tragedia de un personaje”— de acusado carácter humorístico. Nos cuenta que él, Pirandello, tenía la antigua costumbre, los domingos por la mañana, de ocho a una, de dar audiencia a los personajes de sus futuros cuentos. Se armaba de paciencia y, durante cinco horas seguidas, los escuchaba e interrogaba. Los personajes, ineludiblemente, siempre tenían el mismo anhelo: “¡Hágame vivir!” Al parecer, lo más habitual era que le viniera gente descontenta, afligida por males diversos o enredada en complicados asuntos.
Los personajes de esta obra, como nos dice el autor en su prefacio, fueron de esos a los que el autor daba audiencia. Pero esta vez no eran tres ni cuatro, sino una familia entera, cada uno de ellos con sus angustias y sus deseos. Pirandello, por más que buscaba, no conseguía descubrir el sentido de aquellos seis personajes, y no era cuestión de darles vida sin un por qué ni un para qué. Así que los despedía, o más bien lo intentaba, porque ellos se obstinaban en tentarle para que los incluyera en uno de sus relatos. Hasta que, harto de todos ellos, Pirandello les recomendó que acudieran al ensayo de un teatro que, precisamente, se disponía a estrenar una de sus obras. Tal vez ahí encontrarían lo que buscaban.
Estamos en el inicio de un ensayo, ya van llegando los actores y, poco después, el director. La actriz que siempre llega tarde, por supuesto, llega tarde.
La obra que se disponen a ensayar es, curiosamente, de Luigi Pirandello: “El juego de los papeles”, una comedia en torno a un triángulo amoroso.
Los actores, estoicamente, soportan el malhumor del director; el director, por su parte, no soporta a casi nadie, ni siquiera a Pirandello, y se muestra quisquilloso con todo y con todos.
Hasta que el ensayo se ve interrumpido por una familia de seis individuos que declaran haber nacido personajes y esgrimen una pretensión imposible: que alguien represente su drama. De esa forma, la comedia se mezcla con la tragedia, la fantasía con la realidad y los personajes con los actores.
Reparto
ANTONIO ÁLAMO
PEPA GAMBOA
